Keyla Villegas: Un Corazón Valiente en Tierras Ecuatorianas

Keyla Villegas, oriunda de Valera, Trujillo, y criada en Carabobo, es un ejemplo de esperanza y superación. En 2018, decidió dejar atrás su hogar en Venezuela para embarcarse en una nueva aventura en Ecuador, un viaje impulsado por el deseo de ofrecer una mejor calidad de vida a su familia y a sí misma. En este nuevo país, Keyla encontró no solo desafíos sino también amistades y oportunidades que transformaron su visión del mundo, enseñándole a mirar la vida con positividad y determinación.

Al llegar a Ecuador, Keyla se enfrentó a obstáculos que muchos migrantes conocen bien: la explotación por ser extranjera y el desafío de encontrar trabajo justo. Sin embargo, su resiliencia la llevó a buscar incansablemente mejores oportunidades, demostrando que con esfuerzo y perseverancia, se puede superar cualquier adversidad. Y así fue como transcurrio su proceso de adaptación en la provincia de Imbabura entre las calles del corazón de Atuntaqui hasta la capital quiteña que actualmente la cobija.

Su experiencia más significativa en Ecuador fue el voluntariado, donde descubrió el poder de la ayuda comunitaria. Esta labor no solo le permitió contribuir al bienestar de los demás, sino que también fortaleció su propio espíritu, mostrándole la importancia de la solidaridad y el impacto positivo que podemos tener en la vida de los demás.

Desde su llegada, Keyla ha sido una fuerza activa en la comunidad, participando en jornadas de ayuda social y donando a quienes más lo necesitan. Su camino en Ecuador se ha construido sobre el trabajo duro y la gratitud, valores que la han llevado a apreciar su entorno y su labor. Su compromiso con el bienestar social la ha llevado a fundar junto a otras mujeres la comunidad de venezolanos en Atuntaqui, liderando iniciativas que benefician tanto a migrantes como a locales.

Para Keyla, la clave del empoderamiento radica en la constancia, la capacidad de ver lo positivo en cada situación y aprovechar cada oportunidad que se presenta. Su consejo para otros migrantes, especialmente mujeres venezolanas recién llegadas a Ecuador, es crear un plan, enfocarse en sus objetivos y armarse de paciencia y perseverancia.

Actualmente esta aguerrida mujer encuentra en la asistencia dental una forma de construir sonrisas y la refuerza con su voluntariado en la Fundación Yo Te Apoyo donde cautiva a los niños migrantes con su creatividad y alegría.

Mirando hacia el futuro, Keyla aspira a seguir creciendo profesionalmente, mejorar su salud y ampliar su impacto social. Ecuador le ha regalado no solo una nueva perspectiva de vida sino también a Nina, su perrita, quien llena sus días de amor incondicional. La historia de Keyla es un testimonio de la fuerza y el carisma de la mujer venezolana, una inspiración para todos aquellos que buscan transformar sus vidas y las de su comunidad en tierras extranjeras.